A. ¿QUÉ SUCEDE EN LA MUERTE Y DESPUÉS DE LA MUERTE?
1. ¿Por qué nos morimos? El alma es espiritual y no puede morir; pero nos morimos porque además de espirituales somos materiales; y lo material se divide o corrompe. Al principio Dios otorgó a Adán y Eva el don de la inmortalidad corporal, pero lo perdieron por el pecado original. Desde entonces todos los hombres mueren.
2. ¿Qué sucede en la muerte? La muerte consiste en la separación del alma y el cuerpo. Tiene lugar cuando el cuerpo se deteriora tanto que el alma es incapaz de mantenerlo en vida. Entonces se produce la ruptura. El cuerpo sin alma pasa a ser un cadáver. En cambio, el alma se dirige a su destino.
3. ¿Qué sucede al alma después de la muerte? Esta pregunta puede responderse mejor con ayuda de la fe, aceptando lo que Jesucristo nos enseñó. Según esto, inmediatamente después de la muerte tiene lugar el llamado juicio particular donde Dios nuestro Señor juzga a cada persona. La sentencia de este juicio puede ser triple:
o Al cielo van los que mueren en gracia de Dios. Allí gozan de la máxima felicidad sin mezcla de mal alguno, y para siempre.
o Al infierno van quienes mueren en pecado mortal. Allí se sufren penas eternas.
o Al purgatorio van quienes mueren en gracia de Dios pero con el alma menos brillante de lo necesario para ir al cielo. En el purgatorio hay grandes sufrimientos pero también esperanza, pues saben que después de purificarse verán a Dios.
4. ¿Sin ayuda de la fe, puede saberse si hay algo después de la muerte? Puede saberse que el alma es espiritual (pues realizamos operaciones espirituales como comprender esta web). Al ser espiritual es inmortal (pues sólo los seres materiales pueden partirse o pudrirse). Y como el alma no muere, se conoce que hay otra vida después de la muerte.
5. ¿Sin ayuda de la fe, se sabe si hay premios y castigos después de la muerte? En esta vida a menudo quien obra mal triunfa, mientras que las personas santas a veces sufren mucho. Esto es contrario a la justicia divina... Como Dios es justo y en esta vida las cosas son así, el Señor debe premiar en la otra vida a los que obraron bien.
B. TRISTEZA Y REALISMO ANTE LA MUERTE.
1. ¿Por qué nos preocupa la muerte? Es normal que la muerte nos entristezca pues deseamos conservar la vida. Sin embargo, la muerte preocupa menos a quienes saben que después hay otra vida. Si se piensa en lo que se deja, surge la tristeza; si se piensa en la vida que nos espera, el agobio disminuye.
2. ¿Qué hacer para que la muerte nos preocupe menos? Para disminuir la tristeza ante la muerte se recomienda llevar bien la vida cristiana: confesarse a menudo, rezar... Si crece la cercanía y confianza en Dios, disminuyen los temores. Otro consejo es recordar la filiación divina pues, ¿a qué temerá un hijo de Dios, un hijo de María?
3. ¿Es malo pensar en la muerte? No es malo ni pesimista. Es sano realismo. A veces pensar en la muerte da paz pues las dificultades de la vida no duran siempre. Al final de la batalla nos espera la felicidad de la vida eterna junto a Dios.
4. ¿Sano realismo?. Vamos a morir. Con toda certeza. Es una realidad que nadie pone en duda. Nadie discute. Es totalmente segura. Y afecta mucho a la vida humana, de modo que la sensatez invita a plantearse la vida teniendo en cuenta la realidad indudable de la muerte.
5. ¿Cómo plantearse así la vida? La certeza de la muerte aporta realismo a la vida en varios temas:
o Aprovechamiento del tiempo: el tiempo que disponemos para hacer el bien es limitado.
o Valor relativo de los bienes materiales: son útiles si permiten realizar las buenas obras que conducen a la felicidad eterna.
o El cuerpo posee gran dignidad y se debe proteger pero al final muere y se pudre, mientras el alma permanece. Por tanto, conviene dar mayor importancia al cuidado del alma. Propia y ajena.
o Después de la muerte viene el juicio de Dios y conviene vivir dispuestos a ser juzgados, manteniendo el deseo con obras de ganar el cielo.
C. ¿SE PUEDE PREVENIR LA MUERTE?
1. ¿Se puede prevenir la muerte? Aunque la muerte surja de improviso, es posible estar preparados de modo que venga la muerte cuando viniere el resultado sea irse al cielo. Y así es importante vivir en gracia de Dios, con el alma limpia de pecados mortales, confesándose cuando sea necesario. Si uno desea evitar también el purgatorio, será útil que repare sus pecados con sacrificios y buenas obras. En resumen, la mejor preparación para la muerte es llevar una vida santa. Otro buen recurso es el escapulario.
2. ¿Y si la muerte se ve ya próxima? Cuando la muerte se ve cercana, conviene disponerse para el encuentro con Dios. Se recomiendan varias cosas:
o Recibir varios sacramentos; en este orden: Confesión (sobre todo si hay pecados mortales), unción de enfermos (que precisamente ayuda en esos momentos), y Comunión.
o Aumentar la oración y el deseo del cielo; fomentar la piedad, por ejemplo, besando un crucifijo.
o Renovar la intención de ganar las indulgencias. En especial interesa ganar la indulgencia plenaria que la Iglesia concede en el momento de la muerte dirigiendo al cielo sin pasar por el purgatorio.
3. ¿Cómo se consigue esa indulgencia? Para ganar una indulgencia plenaria en el momento de la muerte, basta con estar en gracia de Dios, rechazar cualquier pecado y desear obtener esa indulgencia. También se precisa haber rezado alguna vez, pero esto suena tan fácil que cuesta llamarlo requisito.
COPIALO Y PEGASELO A TODOS TUS CONTACTOS ES DE BUENA SUERTE Y ES DE BUENA REFLEXION
Saludos Roberto.
1. ¿Por qué nos morimos? El alma es espiritual y no puede morir; pero nos morimos porque además de espirituales somos materiales; y lo material se divide o corrompe. Al principio Dios otorgó a Adán y Eva el don de la inmortalidad corporal, pero lo perdieron por el pecado original. Desde entonces todos los hombres mueren.
2. ¿Qué sucede en la muerte? La muerte consiste en la separación del alma y el cuerpo. Tiene lugar cuando el cuerpo se deteriora tanto que el alma es incapaz de mantenerlo en vida. Entonces se produce la ruptura. El cuerpo sin alma pasa a ser un cadáver. En cambio, el alma se dirige a su destino.
3. ¿Qué sucede al alma después de la muerte? Esta pregunta puede responderse mejor con ayuda de la fe, aceptando lo que Jesucristo nos enseñó. Según esto, inmediatamente después de la muerte tiene lugar el llamado juicio particular donde Dios nuestro Señor juzga a cada persona. La sentencia de este juicio puede ser triple:
o Al cielo van los que mueren en gracia de Dios. Allí gozan de la máxima felicidad sin mezcla de mal alguno, y para siempre.
o Al infierno van quienes mueren en pecado mortal. Allí se sufren penas eternas.
o Al purgatorio van quienes mueren en gracia de Dios pero con el alma menos brillante de lo necesario para ir al cielo. En el purgatorio hay grandes sufrimientos pero también esperanza, pues saben que después de purificarse verán a Dios.
4. ¿Sin ayuda de la fe, puede saberse si hay algo después de la muerte? Puede saberse que el alma es espiritual (pues realizamos operaciones espirituales como comprender esta web). Al ser espiritual es inmortal (pues sólo los seres materiales pueden partirse o pudrirse). Y como el alma no muere, se conoce que hay otra vida después de la muerte.
5. ¿Sin ayuda de la fe, se sabe si hay premios y castigos después de la muerte? En esta vida a menudo quien obra mal triunfa, mientras que las personas santas a veces sufren mucho. Esto es contrario a la justicia divina... Como Dios es justo y en esta vida las cosas son así, el Señor debe premiar en la otra vida a los que obraron bien.
B. TRISTEZA Y REALISMO ANTE LA MUERTE.
1. ¿Por qué nos preocupa la muerte? Es normal que la muerte nos entristezca pues deseamos conservar la vida. Sin embargo, la muerte preocupa menos a quienes saben que después hay otra vida. Si se piensa en lo que se deja, surge la tristeza; si se piensa en la vida que nos espera, el agobio disminuye.
2. ¿Qué hacer para que la muerte nos preocupe menos? Para disminuir la tristeza ante la muerte se recomienda llevar bien la vida cristiana: confesarse a menudo, rezar... Si crece la cercanía y confianza en Dios, disminuyen los temores. Otro consejo es recordar la filiación divina pues, ¿a qué temerá un hijo de Dios, un hijo de María?
3. ¿Es malo pensar en la muerte? No es malo ni pesimista. Es sano realismo. A veces pensar en la muerte da paz pues las dificultades de la vida no duran siempre. Al final de la batalla nos espera la felicidad de la vida eterna junto a Dios.
4. ¿Sano realismo?. Vamos a morir. Con toda certeza. Es una realidad que nadie pone en duda. Nadie discute. Es totalmente segura. Y afecta mucho a la vida humana, de modo que la sensatez invita a plantearse la vida teniendo en cuenta la realidad indudable de la muerte.
5. ¿Cómo plantearse así la vida? La certeza de la muerte aporta realismo a la vida en varios temas:
o Aprovechamiento del tiempo: el tiempo que disponemos para hacer el bien es limitado.
o Valor relativo de los bienes materiales: son útiles si permiten realizar las buenas obras que conducen a la felicidad eterna.
o El cuerpo posee gran dignidad y se debe proteger pero al final muere y se pudre, mientras el alma permanece. Por tanto, conviene dar mayor importancia al cuidado del alma. Propia y ajena.
o Después de la muerte viene el juicio de Dios y conviene vivir dispuestos a ser juzgados, manteniendo el deseo con obras de ganar el cielo.
C. ¿SE PUEDE PREVENIR LA MUERTE?
1. ¿Se puede prevenir la muerte? Aunque la muerte surja de improviso, es posible estar preparados de modo que venga la muerte cuando viniere el resultado sea irse al cielo. Y así es importante vivir en gracia de Dios, con el alma limpia de pecados mortales, confesándose cuando sea necesario. Si uno desea evitar también el purgatorio, será útil que repare sus pecados con sacrificios y buenas obras. En resumen, la mejor preparación para la muerte es llevar una vida santa. Otro buen recurso es el escapulario.
2. ¿Y si la muerte se ve ya próxima? Cuando la muerte se ve cercana, conviene disponerse para el encuentro con Dios. Se recomiendan varias cosas:
o Recibir varios sacramentos; en este orden: Confesión (sobre todo si hay pecados mortales), unción de enfermos (que precisamente ayuda en esos momentos), y Comunión.
o Aumentar la oración y el deseo del cielo; fomentar la piedad, por ejemplo, besando un crucifijo.
o Renovar la intención de ganar las indulgencias. En especial interesa ganar la indulgencia plenaria que la Iglesia concede en el momento de la muerte dirigiendo al cielo sin pasar por el purgatorio.
3. ¿Cómo se consigue esa indulgencia? Para ganar una indulgencia plenaria en el momento de la muerte, basta con estar en gracia de Dios, rechazar cualquier pecado y desear obtener esa indulgencia. También se precisa haber rezado alguna vez, pero esto suena tan fácil que cuesta llamarlo requisito.
COPIALO Y PEGASELO A TODOS TUS CONTACTOS ES DE BUENA SUERTE Y ES DE BUENA REFLEXION
Saludos Roberto.
Colaboración por: Pedro Roberto Rodriguez Armenteros
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